Navidad, una propuesta para una vida diferente. Lo divino abrazando la humanidad en su forma más frágil, para recordarnos nuestra propia vulnerabilidad y llamarnos a acoger a los invisibilizados.
A cada hermano y hermana de nuestras Iglesias y Misiones, Feliz Navidad. Sigamos viviendo y anunciando el reino que este pequeño en Belén nos vino a revelar.
«Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros y se le darán estos nombres: Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.»